La argentina es un país maravilloso y con mucho potencial en muchos aspectos, sin embargo, debido a políticas energéticas poco claras ha habido una desinversión en generar nuevas fuentes de generación eléctrica desde hace muchos años, a pesar del tremendo potencial sin explotar hidroeléctrico (energía de base). En efecto salvo la ampliación de Yacyreta de 270 MW no ha habido inversión en esta área por más de 25 años ningún crecimiento. Este abandono se evidencia en la falta de interesados en anotarse a “LA ESCUELA DE POSGRADO DE INGENIERÍA HIDRÁULICA DE LA UBA” debido al abandono estratégico por parte del estado y los privados a invertir en energía de base renovables como la hidroeléctrica, en post de subirse a la moda de las energías renovables fotovoltaicas y eólicas de gran potencial y rápida implementación en la Argentina pero que lo que la gente no tiene en cuenta es que son energías intermitentes en la entrega de energía por su bajo factor de planta frente a las Hidroeléctricas y que su vida útil no supera en el mejor de los casos los 20 años versus los más de 50 o 100 años de las hidroeléctricas. Por lo cual consideramos que tanto el estado argentino como los privados deberían tomar en cuenta estos puntos:
La Argentina cuenta con un potencial hidroeléctrico aun sin desarrollar en varios de sus ríos, entre ellos el rio Santa Cruz, donde se han identificado dos proyectos Condor Clift 1.140 MW y Barrancosa 600 MW y La Elena en el rio Carrenleufu, donde se ha identificado el proyecto La Elena de 100 MW con buenos indicadores económicos.
Por otro lado, existen cuencas donde se han desarrollado proyectos en cascada como la cuenca del rio Limay, entre ellos Alicura, Pichi Picun Leufu, Piedra del Águila, El chocón y Presa compensadora del Chocón en Arroyito. En este rio se pensó en construir el proyecto Segunda Angostura 65 MW con la idea de sobre elevar el nivel medio del lago Nahuel Huapi consiguiendo, sin modificar el nivel máximo del lago, una regulación adicional importante. Sin embargo, esta idea no se materializo hasta el momento debido a la oposición de pobladores por razones turísticas ecológicas y ambientales.
El proyecto la Elena es promisorio por su alta rentabilidad incluso para su desarrollo a través de la iniciativa privada.
Existe también un proyecto sore el rio Neuquén, el proyecto Chihuido 637 MW. Este proyecto fue impulsado por la provincia de Neuquén, y cuenta con estudios iniciados hace muchos años por la nación, los que deberían actualizarse posiblemente reduciendo la altura de su presa y su potencia instalada para hacerlo más atractivo para su desarrollo con participación privada.
En relación con los proyectos de energía renovable, en los que se logró algún progreso en especial en los proyectos eólicos y fotovoltaicos (Energía intermitente), deberían incluirse proyectos hidroeléctricos (Energía de Base) de potencias algo mayores de menor costo por kW. instalado, flexibilizándose los criterios de preselección.
Aparte de los señalados existe una extensa cartera de proyectos en espera a ser desarrollados en función de la disponibilidad de recursos.