Era algo previsible, los problemas recurrentes tienden a agravarse con el paso del tiempo. El embalse de Paute Mazar que sirve de central de cabecera de regulación estacional, ha venido disminuyendo de manera constante desde finales de julio, sus niveles de agua, debido a una falta de capacidad de complementarla con otras fuentes de generación, cuando se comenzaron a notar los primeros signos de sequía. En la actualidad, está 15 metros por debajo de su nivel máximo.
En Ecuador existen dos cuencas hidrográficas principales, la Oriental y la Occidental. Sin embargo, la mayoría de los proyectos hidroeléctricos más importantes del país se concentran en la cuenca Oriental. En este contexto, la sequía en esa región se ha intensificado, lo que ha reducido la operación de las principales hidroeléctricas del Ecuador a menos de la mitad de su capacidad. La falta de planificación de los anteriores gobiernos, la falta de inversión privada en nuevas centrales por más de 10 años, nos están pasando factura. En la cuenca Oriental se encuentran las hidroeléctricas Paute Mazar, Paute Molino y Sopladora, las cuales juntas cubren el 38% de la demanda eléctrica nacional.
La empresa pública de agua de Cuenca, Etapa, ha informado que la provincia de Azuay lleva ya 51 días sin recibir lluvias significativas que ayuden a reponer los ríos de la región. En particular, el río Tomebamba, que nutre al río Cuenca, afluente del río Paute, ha entrado en estiaje, con un caudal reducido a 0,65 metros cúbicos por segundo, muy por debajo del mínimo aceptable de 1,2 metros cúbicos. Además, las probabilidades de lluvia en los próximos días son apenas del 33%.
El río Paute es esencial para la operación de las hidroeléctricas Molino, Mazar y Sopladora, pero su caudal ha ido disminuyendo de forma constante. En agosto de 2024, se registró el nivel más bajo en los últimos 14 años. Para que las hidroeléctricas operen de manera eficiente, los embalses deben mantener un nivel mínimo de agua. Por ejemplo, en el embalse de Mazar, el nivel mínimo permitido es de 2.115 metros sobre el nivel del mar, pero esta semana el embalse se encuentra en 2.141 metros. Comprometiendo seriamente la entrega de energía al país.
La época de estiaje en Ecuador suele ocurrir entre agosto y octubre, un período predecible, aunque cada vez tiene consecuencias más graves. Este año se anticipa la presencia del Fenómeno de La Niña, que traerá sequías a la región costera, pero lluvias en la zona amazónica, lo que contrasta con el año anterior, cuando se experimentó el Fenómeno de El Niño.
Dependencia de la energía termoeléctrica de Colombia
Esta situación se ha compensado en parte con la compra de electricidad de origen termoeléctrica de Colombia. Siendo en agosto de 2024 unos 377 MW, cifra que ha aumentado en los últimos días. El 1 de septiembre de 2024, el aporte de Colombia fue de 436 megavatios. No obstante, esta energía tiene un costo elevado, nuestro vecino informo al gobierno Ecuatoriano que este suministro podría reducir la entrega de hidroelectricidad a Ecuador, priorizando la venta de energía termoeléctrica (más cara) siempre y cuando disponga de excedentes.
El año pasado, Ecuador dependió de las importaciones de energía desde Colombia, pagando USD 168,85 millones por un total de 984,38 GW/h entre enero y octubre de 2023. No obstante, el 16 de agosto de 2024, Colombia decidió restringir la venta de energía hidroeléctrica a Ecuador, permitiendo únicamente la exportación de energía termoeléctrica y solo cuando haya excedentes en su propio país. Esto ha duplicado el costo de la energía para Ecuador, que ahora paga USD 0,30 por kilovatio, lo que ha obligado al país a reducir sus compras internacionales y a incrementar la producción en sus propias hidroeléctricas en un rango de entre el 10% y el 25%.
Barcaza Turca que no comienza a operar y retrasos en la contratación de nuevas térmicas.
El 27 de agosto de 2024, se anunció que se buscaría contratar 788 megavatios adicionales de energía para reforzar el Sistema Nacional Interconectado a través de la instalación rápida de dos o tres barcazas energéticas. Sin embargo, la barcaza de la empresa turca Karpowership, que llegó al país hace casi un mes, aún no ha comenzado a operar. Su capacidad necesaria pero insuficiente solo cubriría el 3% de la demanda nacional, y el costo de su instalación asciende a unos USD 115 millones. Adicionalmente la contratación de nuevas barcazas térmicas o de generadores térmicos terrestres no termina de cuajarse, faltas de garantías de pago y burocracia son solo algunos de los problemas relacionados
Superar la crisis energética llevará tiempo, según varios especialistas consultados alrededor de cinco a siete años y requerirá una inversión aproximadamente de USD 10.447 millones. Todo lo cual con un estado sobre endeudado por el pago de centrales hidroeléctricas que no funcionan pero que debemos pagar, Coca Codo, Toachipilaton entre otras dejan al ecuador sin mucho margen de maniobra, haciendo recaer casi exclusivamente la responsabilidad en manos privadas.