La actualidad energética del ecuador, con sus reiterados cortes de luz y la perdida de horas de trabajo es una triste realidad para muchas empresas. Lo cual lleva a repensar muchas soluciones que estén destinadas a palear este inconveniente. Para lo cual podría ayudar una tendencia que se aplican en otras partes del mundo y que todavía no ha sido aplicada cabalmente en el ecuador. La misma es diseñar nuevos edificios o convertir existentes “Edificios de Energía Positiva” (PEBs) los cuales están configurados para producir más energía de la que consumen durante su ciclo de vida, estos edificios representan el pináculo de la eficiencia energética y el respeto por el medio ambiente. Al aprovecharse del uso de Tecnologías Renovables como las energías Solar, Eólica, Hidráulica, Geotérmica, Biomasa y Bombas de calor, lo cual contribuyen así a la reducción de emisiones de carbono y a la “Neutralidad de Carbono”.
Los edificios de energía positiva, también llamados edificios verdes, reducen al mínimo su consumo energético mientras optimizan la producción de energía limpia y renovable. Esto se logra mediante una integración innovadora de diseño sostenible, ingeniería avanzada y prácticas de construcción.
Las ciudades son responsables del 60% de las emisiones de CO₂ a nivel global (ONU, 2016), y las edificaciones contribuyentes con un 39% a la energía asociada a estas emisiones. Dentro de este porcentaje, el 28% proviene de la fase de uso u operación, y el 11% se relaciona con el proceso de construcción. Tal y como se informó en la reciente COP26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tuvo lugar en Glasgow.
En este escenario, se inicia el proyecto “Fortaleciendo capacidades para la eficiencia energética en edificios en América Latina” (CEELA), que tiene como meta capacitar y guiar a profesionales en la promoción de construcciones que ofrezcan eficiencia energética, confort adaptativo y que generen pocas o cero emisiones de CO₂.
Para esto es muy importante llevar a cabo un estudio bioclimático y seguir esos 15 principios en la construcción y en el diseño. De este modo, se ahorrará en las necesidades de calefacción, electricidad o climatización. Otro de los aspectos a tener en cuenta es contar con un buen aislante, de forma que se reduzcan fugas por las paredes o ventanas y las filtraciones. En la región, los edificios rara vez están equipados con sistemas de climatización integrados, ya que suelen ser instalados más tarde por los usuarios (CEELA, 2021). En Ecuador, las emisiones de carbono asociadas al funcionamiento de los edificios provienen mayoritariamente del consumo eléctrico. Un dato relevante, que se alinea con la situación de los países vecinos, indica que las edificaciones no residenciales presentan un consumo energético unitario considerablemente mayor que las residenciales. A pesar de ser ocho veces menos numerosas, su consumo energético es apenas un 40% inferior (Uribe et al., 2023).
La fusión de sistemas energéticos avanzados con un diseño arquitectónico que optimiza el confort térmico y aprovecha la luz natural es crucial en estas construcciones. La utilización de materiales sostenibles y la aplicación de principios de arquitectura bioclimática elevan la eficiencia.
En el ámbito de las energías renovables, el gran aporte de los edificios de “energía positiva” no solo utilizan la energía de forma eficaz, sino que también aportan excedentes a la red eléctrica. La posibilidad de que estos edificios diseñados y construidos de esta manera funciones como pequeñas centrales energéticas descentralizadas brindaría a los usuarios de estos edificios una ventaja competitiva decisiva ante otras edificaciones domiciliarias, de oficinas o incluso de fábricas. Para esto los promotores de estos proyectos deberán analizar el mejor compromiso entre generación de base e intermitentes para brindar el mejor compromiso de generación.
En el ecuador el ARCONEL emitió la Regulación 005/24, con la cual establece las condiciones para la habilitación, instalación, conexión, operación, y mantenimiento de Sistemas de Generación Distribuida para Autoabastecimiento. En dicha ley se indica:
Modalidad 2b: Autoabastecimiento múltiple remoto con consumidores concentrados
- El SGDA está ubicado de forma remota y está asociado a varias cuentas contrato las cuales se encuentran concentradas en un mismo bien inmueble, constituido en condominio o bajo el régimen de propiedad horizontal.
De esta manera en el ecuador gracias a esta regulación se permite a un privado de suministrar energía renovable de manera remota a por ejemplo un edificio o un condominio, bajo la figura de “Autogeneración de energía con venta de excedentes”. Gracias a lo cual se podría combinar la energía intermitente y de bajo factor de platas de paneles fotovoltaicos (siendo el ecuador un lugar con muy favorable irradiación solar), y en menor medida de energía eólica (ya que el Ecuador por su característica y posicionamiento global no esta tan bendecido con vientos favorables para la generación como en otras partes del mundo), con energía de base como la Hidroeléctrica, Geotérmica o Biomasa. Todo dentro de las energías renovables.
Un muy buen ejemplo de edificios de energía positiva para oficinas es el, Powerhouse Telemark o “diamante verde” debido a su geometría cónica única, el cual reduce su consumo de energía neto anual en un 70 %. Y lo hace produciendo más energía de la que consumirá durante toda su vida útil, desde la construcción hasta la demolición, con el excedente de energía vendida a la red. Gracias a un total de 489 paneles solares SunPower Maxeon que cubren el techo inclinado.
Las autoridades ecuatorianas deberían promover estas iniciativas y generar el marco regulatorio, generar incentivos tributarios y definir tarifas atractivas para comprar los excedentes generados, todo lo cual permitiría incentivar que los desarrolladores locales inmobiliarios, generen este tipo de proyectos, aprovechando no solamente las excepcionales virtudes que posee el ecuador para la instalación de paneles solares y de que el ecuador es uno de los países con más ríos por metro cuadrado del mundo lo cual podría propiciar la creación de múltiples proyectos de micro o pequeñas centrales hidroeléctricas por todo el país.
Los edificios de Energía Positiva emergen por lo tanto como una alternativa que las empresas privadas, medianos y grandes usuarios de energía se podrían beneficiar y de la misma manera poder vender excedentes al estado pudiendo convertirse de esta manera en otra posible solución para mitigar la crisis energética que atraviesa el Ecuador al tiempo que reduce la huella de carbono, posicionando a los edificios de energía positiva como los estándares a seguir en el futuro de la arquitectura y el urbanismo sostenible del país.