Recientemente la empresa china Sinohydro volvió a insistir en que se haría cargo de las reparaciones por realizar en el proyecto Coca Codo Sinclair. Es evidente que eso se debe a que desean minimizar los perjuicios que la repercusión internacional de las noticias negativas sobre el mal funcionamiento y fallas del proyecto Coca Codo Sinclair, sumado a la trascendencia que tendrá el arbitraje internacional que ha impulsado el gobierno ecuatoriano, han causado y seguirán causando a Sinohydro y sus intereses comerciales. Sin embargo, el aceptar esta propuesta implicaría convalidar la deuda actual de Ecuador con financiamiento chino con tas tasas de interés y con garantía de petróleo, además del exagerado costo de un proyecto a todas luces mal construido y con sobrecostos además de diseñado erróneamente para una potencia mucho mayor a la óptima. Otra consecuencia de la eventual aceptación de esta propuesta del ex constructor del proyecto seria el comprometerse a entregar la operación de este gigantesco proyecto a un mal operador, a quien habría que pagarle una tarifa a convenir y el que seguramente no garantizara la correcta reparación de las fallas que ya se han producido, ni de las que seguirán produciéndose, como el muy probable próximo colapso de la captación por el avance de la erosión retrograda, la acumulación de sedimentos en la descarga de la central con su secuela de riesgos de inundación y el riesgo de posibles explosiones en la casa de máquinas entre otros inconvenientes y sobrecostos muy grandes con pérdidas de vidas humanas.
El 15 de noviembre del presente año las lluvias elevaron el caudal del rio Coca hasta 1406 m3/s y se reactivó la erosión retrógrada que estaba a solo 7,9 km de la captación. El ministro de electricidad se opuso al llamado a licitación de obras provisorias justificándolas por la emergencia para no perder transparencia en el proceso de contratación, pero lo cierto es que si la erosión retrograda llega a la captación y la destruye habría que parar la central.
Si bien es altamente improbable que el gobierno chino se avenga a devolver el importe ya pagado a Sinohydro, sería más conveniente renegociar a la baja la deuda pendiente de pago considerando las graves fallas del proyecto y que el gobierno ecuatoriano asuma el compromiso de impulsar o facilitar el desarrollo, a través de la iniciativa privada, de la construcción y operación de nuevas centrales hidroeléctricas en el Ecuador, por un total de al menos 800 MW, que fue el valor de la potencia instalada que debería haber tenido el Coca Codo Sinclair de acuerdo a los estudios de optimización realizados oportunamente por la empresa consultora italiana Electroconsult y un conjunto de empresas consultoras ecuatorianas supervisados por el gobierno ecuatoriano.
Esto sería evidentemente el mal menor para el Ecuador y el final menos malo para el país del triste capítulo del Coca Codo Sinclair y su ex emblemática cascada e San Rafael, que en su tiempo fue la más alta del Ecuador.