Gracias a un reciente informe de Harvard Business Review, que procura que nos cuestionemos una clara tendencia alrededor del tamaño de los aerogeneradores tanto en tierra, pero especialmente en el mar tal como estima inaugurar la empresa China Mingyang Smart Energy Group para el año 2025, un colosal grupo aerogenerador de unos aproximadamente 330 metros de altura, aproximadamente 2,5 veces la Torre The Point de guayaquil o el Edificio IQON de Quito, para que nos imaginemos las dimensiones colosales de esta turbina eólica marina de 22 megavatios que tendrá un rotor de más de 310 metros de diámetro.
“A mayor tamaño de un aerogenerador, mejor será su funcionamiento, más rentable su instalación y operación”
Este axioma por muchos aceptado como una verdad incuestionable, ha impulsado cada vez mas a que los nuevos desarrollos de parques eólicos se desplacen de la tierra firme al mar.
Mientras que en tierra firme encontramos normalmente grupos aerogeneradores de 4 a 7 MW de potencia en el mar se sube a rangos de 11 a 20 MW verdaderos colosos los cuales pueden aprovechar al máximo los fuertes vientos sin causar perturbaciones significativas al entorno ya que por su propia ubicación mar adentro, el impacto visual, acústico e impacto a aves es menor que el de los parques eólicos en tierra”. Sin embargo, un reciente informe publicado en la prestigiosa Harvard Business Review desafía este paradigma y advierte sobre posibles costos ocultos que podrían poner en peligro la viabilidad futura de estos proyectos.
“El coste de toda su vida útil y decomiso supera a los beneficios”
Informe de Harvard Business Review
Durante años, se ha hablado con entusiasmo del potencial de la energía eólica marina como el futuro de la industria energética. Grandes empresas y países han invertido sumas significativas para desarrollar esta fuente de energía en todo el mundo, vislumbrando un horizonte donde la generación de electricidad no implique la emisión masiva de CO₂ a la atmósfera. De acuerdo con el Banco Mundial, existe un potencial técnico cercano a los 8 mil GW en las aguas latinoamericanas. Siendo Colombia y Brasil países en la región que están desarrollando proyectos eólicos offshore.
Se ha resaltado especialmente la competencia por construir los aerogeneradores más grandes del mundo. Estas impresionantes estructuras pueden alcanzar alturas equiparables a la Torre Eiffel, mientras que sus aspas pueden cubrir áreas que superan los 50.000 metros cuadrados.
La justificación detrás de estos gigantescos aerogeneradores radica en la idea de que los mayores costos de estas instalaciones marinas están asociados principalmente con la instalación inicial. Se sostiene que a mayor tamaño, mayor eficiencia y menor costo de instalación y mantenimiento. Sin embargo, expertos en sostenibilidad medioambiental han planteado preocupaciones significativas al respecto.
En un artículo reciente, expertos como Sam Aflaki de HEC París, junto con Atalay Atasu y Luk N. Van Wassenhove de INSEAD, han señalado que los costos de establecer estos aerogeneradores no se limitan al precio de las turbinas en sí. También se deben tener en cuenta los gastos asociados con la construcción de plataformas marinas resistentes, la logística marina y los cables submarinos (varias veces más caros que los cables aéreos de tierra firme) necesarios para conectar estas turbinas a la red eléctrica en tierra firme, que a menudo se encuentra a varios kilómetros de distancia.
Estos expertos también han enfatizado que los costos operativos aumentan notablemente debido a la complejidad y los desafíos del mantenimiento y las reparaciones en condiciones marinas. Tareas que, a medida que la distancia desde la costa aumenta, pudiendo ser más de 35 Km de la costa, se vuelven más difíciles y costosas, a menudo requiriendo embarcaciones y equipos especializados, y con mayores riesgos para los trabajadores.
No obstante, según el informe, los mayores gastos se producen cuando estas turbinas quedan obsoletas. El proceso de desmantelamiento es complejo y costoso e implica el desmontaje de las turbinas, la retirada de los cimientos y los cables, el transporte inverso de las palas y las torres a tierra firme, y la gestión adecuada de los residuos. Este costo a menudo se subestima en los planes iniciales de los parques eólicos marinos.
El estudio ha señalado que la mayoría de los análisis económicos sobre el diseño de estos parques eólicos asumen que estos costos serán insignificantes o disminuirán con el tiempo. Además, no se exploran adecuadamente las implicaciones de construir turbinas más grandes a mayor distancia de la costa en los costos de desmantelamiento y mantenimiento, que a menudo se fijan arbitrariamente en el 50% del costo de fabricación de la turbina.
En última instancia, los investigadores argumentan que, si bien las turbinas más grandes suelen ser más eficientes, esta eficiencia varía considerablemente según la distancia a la costa y el tamaño óptimo de las palas, que está estrechamente relacionado con los costos de mantenimiento y el fin de la vida útil de las turbinas. Por lo tanto, sugieren que, en algunos casos, las turbinas con palas más pequeñas podrían ser más adecuadas, especialmente para proyectos ubicados más lejos de la costa.